Los libros viajeros

Lía Chara

Mención Especial Categoría Escuelas

Ciudad Autónoma de Buenos Aires

La inmediatez de las formas de vínculo que mediatizan los celulares, las redes sociales y otros dispositivos han generado una suerte de competencia, en muchos casos desigual, a la calle, las plazas y otros espacios públicos y de circulación. Los encuentros pasan entonces a ocupar una realidad más virtual que habitualmente desplaza, cuantitativamente, a los “cara a cara”. ¿Será tal vez que la calle no se considera una alternativa? En este contexto surge, en 2013, el proyecto Los libros viajeros, una propuesta de acercamiento a la lectura para alumnos de 1.er año del Instituto Saint Exupery de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Esta iniciativa invita a recorrer, acercarse al mundo de los libros y salir en su búsqueda a través de otros espacios que no sean solo los del ámbito escolar. Sobre esta base, se propone que los alumnos armen un mapa y un registro de diversas ferias y puestos de libros usados para recorrerlos y explorarlos en busca de sus propios libros. En este recorrido, la lectura se convierte en una herramienta de sociabilización, no solo fortaleciendo el vínculo entre pares, sino también generando nuevos vínculos hacia la comunidad. Además, el encuentro de cada chico con su libro se convierte en una elección personal. Cada uno identifica aquellos libros que le interesan con los distintos géneros literarios y sus subgéneros, que aprendieron en clase, y, en la mayoría de los casos, con la ayuda de los paratextos.

Luego de un trabajo de investigación personal sobre cada libro elegido, se propone a los alumnos la intervención personal de la obra, de manera de completar la apropiación del libro viajero. Ahí la reescritura se transforma en un trabajo arduo que los coloca en el lugar de escritores. Esta actividad consiste en la escritura de un comentario del libro para consignarlo en la contratapa, la modificación de algún capítulo o la redacción de un final alternativo, la propuesta de un título nuevo y también el diseño de una nueva portada para el libro. Así, el trabajo de edición les permite también entender el recorrido que hizo el libro en sus manos. Por último, el libro que comienza siendo un texto ajeno, de otros, poco a poco se vuelve algo propio. Muchos, luego de esa experiencia, se transforman en lectores de libros de feria.

Un libro usado también es un libro viajero, que no solo lleva el contenido original que se imprimió en sus hojas, sino también las anotaciones o reflexiones que otro lector haya hecho con anterioridad. De esta manera, un libro usado es un libro viajero que pasó por otras manos, que tiene marcas de otros lectores y que ahora tendrá las del que lo tiene bajo sus ojos.